Los
fans de Keith Emerson estamos de parabienes, ya que finalmente
se dio a conocer en sociedad este sobresaliente trabajo de The Keith
Emerson Band. Ya el arte de tapa muestra cielos ocres que marcan
caminos de alto vuelo y de gran creatividad, junto con la pianola semienterrada
que quiere elevarse hacia lo insondable, definiendo el actual presente y
el promisorio futuro, y refrendando que “lo mejor está por venir”.
Todo esto, a modo de introducción de un magnífico logro de
K.E., no como la representación del ave fénix, sino como la
reconfirmación de su talento y la mixtura perfecta de lo mejor de
E,L&P, conjugado con un sonido aggiornado, moderno y
exquisito de este 2008.
Acompañado por Marc Bonilla en guitarra y voz, quien
a la vez figura como co-productor; Travis Davis en bajo
y Tony Pia en batería, conforman un conjunto que
se destaca por la gran complementación de sus integrantes.
Emerson deslumbra con su intacto virtuosismo, combinando elementos de la
primera época de E,L&P, tales como Tarkus,
Trilogy y Brain Salad Surgery,
junto con sus trabajos posteriores, como Black Moon
e In the Hot Seat.
Este trabajo consta de 19 temas de variadas duraciones, muchos de ellos con
una continuidad a modo de obra conceptual, llegando a ser de 6:12 el corte
más extenso.
Esta obra comienza con "Ignition", una suerte
de introducción, combinando acordes de piano (como en "Trilogy"
) y sonidos electrónicos de vanguardia.
Luego continúa con "1st Presence", donde
se aprecian notas de órgano al más puro estilo "Tarkus",
respetando una melodía que se impone como hilo conductor.
El tema "Last Horizon" estrena la voz de Marc
Bonilla en una composición cálida y acompasada y que continúa
sin interrupción con "Miles Away Pt 1"
que se caracteriza con una vocalización de Bonilla que se combina
perfectamente con los teclados de KE en una melodía de alto vuelo.
La parte 2 de "Miles Away" es una continuidad
de la 1 a modo de suite, donde además de los teclados figuran unos
riffs interesantes de Bonilla.
"Crusaders Cross" es una composición muy
agradable que comienza con una gran cadencia con toques de "Black
Moon", que se conforma con el aporte vocal de Bonilla en una
pieza de gran solidez con arreglos muy bien trabajados y pulidos, cerrando
con toques magistrales de sintetizador que le dan una gran sustentación
a la melodía.
El próximo corte, "Fugue", tiene ciertas
reminiscencias de la "Toccata" de Ginastera.
Luego continuamos con "2nd Presence" y llegamos
a un gran tema "Marche Train", el de mayor duración,
que comienza con ciertos acordes de In the Hot…,
rasgueos de cuerdas con cierto acento jazzístico con una característica
distintiva, que es el sonido del Moog imitando a la sirena del tren, que
le da un condimento especial, y la voz de Bonilla que sin duda es un acierto
por la similitud con la de Lake.
Luego de "Blue Inferno" y "3rd Presence",
llegamos al tema "Prelude to a Hope" (preludio
a una esperanza), pieza de piano de exquisita factura que genera un perfecto
equilibrio en relación con los temas anteriores y un tiempo para la
reflexión.
"A Place to Hide" es una balada que se destaca
por tener una hermosa melodía, con el aporte vocal de Bonilla con
arreglos de gran calidad, que se enlaza con "Miles Away 3"
que no deja de cautivarnos con su gran clima mientras la guitarra
de Bonilla nos transporta a una atmósfera en la cual nos quedaríamos
por largo tiempo.
Seguimos con "Finale", el 2do. tema más
extenso de esta placa (5:57), que es instrumental y … a disfrutarlo,
ya que si hay algún defecto o acotación que hacer a este trabajo
es, según mi opinión, la poca duración de sus temas,
si bien esto es compensado de alguna manera por la suerte de continuidad
que tienen casi todas las piezas de mismo. Siguiendo con la descripción
de "Finale", además de ser un excelente
tema, tiene incluso acordes que me hacen recordar a The Flower Kings.
Continuando con "The Art of Falling Down", nos
deleitamos con un sonido de estos tiempos, que a su vez conserva la esencia
de los clásicos de E,L&P; y llegamos a "Malambo"
, que es una pieza magistral, extraída de Estancia Suite,
con un ritmo marcado que tiene mucho significado con nuestra cultura, y que
a su vez, como es distintivo de KE, siempre hizo resaltar y elevar a su máxima
expresión, tanto sea temas telúricos, como es el caso de este
“Malambo”, y de la "Tocata"
de nuestro excelso maestro Alberto Ginastera, que
nos dejó sus magistrales composiciones como legado para todos sus
seguidores.
"Gametime", clásico tema con pianola, la
voz de Bonilla (recordando a Greg Lake en sus mejores épocas) que
nos retrotrae a Works II.
Finalmente, el último corte, "The Parting",
tiene un tono apacible y calmo que nos lleva a un “finale” de
gran nivel artístico, equilibrado, características estas que
nos confirma fehacientemente el gran momento que está atravesando
Emerson, y lo más transcendente, que lo exprese en su mayor plenitud.
Altamente recomendable.
Gustavo Panetta
Link:
www.keithemerson.com
|
Quiero aclarar desde
el principio que no conocía o, mejor dicho, no había escuchado
nunca a It Bites. La presencia de John Mitchell (Arena,
Kino, Frost, etc) en este grupo, me dio curiosidad y me puse en campaña
para poder conseguir algo de material informativo de ellos. Y bueno, aquí
estoy con este nuevo y cuarto disco de estudio de los ingleses, que se reencontraron
después de varios años y grabaron The Tall Ships
editado en 2008 por Inside Out.
¡Realmente me sorprendieron.Si bien no hay muchas cosas para descubrir,
es una placa súper agradable y predispone muy bien de entrada a escucharla.
Junto a dos de los fundadores de la banda John Beck (teclados)
y Bob Dalton (batería), el nuevo guitarrista y vocalista
es John Mitchell y al bajo el reconocido Lee Pomeroy en reemplazo
del instrumentista original, Francis Dunnery.
Once temas son los que contiene el CD, con una duración individual
no muy extensa, aunque el final es toda una obra épica que supera los
13 minutos.
La labor es de un muy buen gusto, muy agradable melódicamente, con
algunos puntos cercanos al AOR, excelentes los arreglos vocales, especialmente
bien interpretados.
El arranque de la obra es efectivamente muy bueno, con un coro a lo Yes,
donde It Bites nos ofrece un recorrido musical repleto de sutilezas, calidad
sonora, memorables pasajes instrumentales, fuerza y accesibilidad en “Oh
My God”, un track extraordinario.
Temas como “Ghost” o “Lights”,
muestran el lado más rockero con muy buenos ritmos, sobre todo el segundo,
con una melodía contagiosa y pegadiza. Se repite algo similar con
“Farenheit” , mientras que “Playground”
es de notable calidad, simple y cadenciosa.
Otro gran momento del disco es “Memory of Water",
con cambios rítmicos constantes, voces en distorsión y un solo
de guitarra bien afilada de Mitchell.
“The Tall Ships” una hermosa balada, da continuidad
con mucha sutileza, con un interesante riff de guitarra y un pasaje instrumental
céltico muy oportuno. Otra pieza en la misma línea es la fina
“For Safekeeping”.
Un toque especial y más pop lo podemos encontrar en el distintivo “Great
Disaster” con coros divertidos y muy frescos.
Los espacios mas progresivos están presentes en “The
Wind That Shakes The Barley” de gran nivel, con dinamismo,
quiebres de ritmo. Hacia los 3:40 se produce un corte notable, mano a mano
el piano y la base de bajo y batería, sumándose la guitarra
y así -por algunos segundos- volver a un arreglo mas rápido,
cantado y detonar en -ahora sí- un mano a mano especial de sintetizador,
dominado fehacientemente por John Beck y el contrapunto de la guitarra de
Mitchell, regresando poco a poco al compás inicial, pero con el apoyo
coral y los penetrantes punteos de guitarra, hasta el final.
Y la perla de la obra es “This Is England” la
gran pieza de 13 minutos que hacia referencia al principio. Me parece que
es el tema que más se acerca al sonido Arena, comenzando
suavemente, creciendo en calidad y potencia, con diferentes espacios instrumentales
crudos y marcados estupendamente por la banda toda, acelerándose poco
a poco y llegando a una parte mas dinámica y rockera hacia casi los
6 minutos, con muy buenos arreglos corales. Así sobrellevan a este
largo track por momentos sobre carriles inesperados, clásicos de Arena
en mi opinión, retornando a los instantes más intimistas del
comienzo con una buena performance vocal de Mitchell, apoyado por un ambiente
creado por el órgano y coros estupendos, con los aportes del resto
de los músicos, va culminando el mejor tema del disco.
Sintetizando: The Tall Ships es una obra excelente
para todos los que apetecen las buenas melodías, a los que no les molestan
las inclinaciones algo poperas o muy rockeras y, fundamentalmente, para todos
aquellos que gozamos de las cosas realizadas con muy buen gusto y mucha pasión.
Daniel
Perez
Link:www.itbites.com |
Nuevamente estamos
frente a otra joya de este excelente grupo británico liderado por su
guitarrista, Steven Wilson y que nos confirma su talento
inagotable. Esta vez nos presenta un trabajo producto de la mismas sesiones
de grabación del muy aclamado Fear of a Blank Planet,
en formato de minialbum o EP. Este trabajo presenta 4 temas de mediana extensión
(todos superando los 6 minutos), con una duración total que no excede
los 30 minutos (28:46).
El primero de ellos, que lleva el nombre del álbum, es un tema instrumental
en el cual participa como invitado el legendario guitarrista de King
Crimson, Robert Fripp (al igual que en Fear...),
y esta inclusión se refleja en el estilo de este corte, con fuertes
y personales riffs que van “in crescendo”- recordando a Thrak
(1995) -, pero sin abandonar el estilo característico de la banda,
variando con la clásica base rítmica de Colin Edwin
en bajo y Gavin Harrison en batería, con
un final a toda orquesta, destacándose asimismo el virtuosismo de Richard
Barbieri en teclados, con potentes y marcados ritmos, confirmando
la gran sincronización entre ellos a la hora de interpretar sus temas,
ya sea en estudio o en vivo.
El siguiente tema, "Normal", es una excelente composición
que, con un breve comienzo de guitarra acústica, luego incursiona la
inconfundible voz de Wilson, que nos recuerda al estilo de Lightbulb
Sun. Promediando el tema nos encontramos con cambios de ritmo,
siempre armoniosos, pero girando siempre sobra la melodía que caracteriza
al tema.
El tercer corte de este EP, llamado "Cheating the Polygraph",
tiene una base muy sólida (Edwin-Harrison) que va introduciéndose
en lo que finalmente llegará a ser el núcleo de este tema y
que lo acompañará hasta el final con mucha fuerza y solidez,
con suaves rasguidos de wah-wah y un clima bien floydiano que irá imponiéndose
y luego será cubierto por la melodía principal.
Para la culminación de este gran trabajo de Porcupine Tree, su cuarto
tema, "What Happens Now?" , comienza con la liberación
de un conjunto de acordes que van aumentando su potencia y al ingresar en
su plenitud, el bajo y la percusión junto a los teclados y cuerdas,
se va transformando en un sendero musical que nos transporta a un clima al
que sólo el grupo nos sabe llevar.
Finalmente, como corolario de esta somera descripción del último
trabajo de Porcupine, creo que estamos ante una suerte de continuidad de un
ambicioso proyecto que, indeclinadamente, continúa en evolución
constante, deleitándonos a todos los que amamos a esta música,
que Steve Wilson no quiere etiquetar, ya que prefiere que se considere un
estilo propio, personal, con innegables influencias del rock progresivo, alternativo,
folk, pop, etc. De todas maneras, y a modo de ser objetivo, creo que PT ,
de la mano de Wilson, ha podido remozar incontablemente este género,
incorporando distintos toques de su calidad compositiva e interpretativa,
indicando que su música irá expandiéndose por unos cuantos
años más.
Gustavo
Panetta
Link:
www.porcupinetree.com
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Es la hora 19:35 del
día 6 de octubre y me dispongo con varias almohadas detrás de
mi espalda, para estar un poco más cómodo en la cama a delinear
un análisis de la nueva propuesta de Pendragon Pure,
mientras escucho el CD y soporto una gripe primaveral. No se si será
casual, pero a medida que me voy internando en la música, es como que
voy sintiendo una leve mejoría.
El regreso del grupo después de Believe creo
que es extraordinario, porque estamos en presencia de un Pendragon renovado,
más duro, más oscuro también, pero con esa calidad sonora
que caracterizó siempre a la banda. Ya Barrett había ofrecido
un guiño de más agresividad en el disco previo y aquí
se pone de manifiesto. Cuando utilizo aquel adjetivo, lo hago en el buen sentido,
ya que es una de las evoluciones que posee Pure.
Hay varias causas creo yo de que se hayan dado estas condiciones. Primero:
el arte de tapa que acompaña la edición, un individuo encerrado
y encadenado en una caja de vidrio, tratando de escapar. Segundo: la producción
del magistral Karl Groom (Threshold, Shadowland,
etc.). Una tercera posibilidad también es el nuevo integrante que reemplazó
a Fudge Smith, el baterista experimentado nacido en Lambeth
(sur de Londres): Scott Higham que también ha participado
como sesionista en Caamora y proviene de varios estilos,
entre los que se encuentra el metal. Una última causa quizá
sea el contenido conceptual que encierra la vida de ese hombre enclaustrado
y a punto de liberarse, composición magnífica de Nick Barrett.
La placa da comienzo y predispone con expectativa en un gran clima y ya deja
divisar lo que escucharemos posteriormente. “Indigo” comienza
con un riff áspero de la guitarra de Nick y un siniestro acompañamiento
de Clive, acompañados por ladridos de perros y así
toda la banda se une para iniciar él excelente viaje que propone Pure;
13 minutos de gran nivel combinándose perfectamente la fuerza y la
melodía, con ritmos marcados, riff pesados a lo Porcupine Tree
(otro de los sonidos que afloran en el álbum) y brillantes pasajes
mas usuales del grupo. Hacia los 5 minutos se hace un break memorable y da
pie a un tremendo espacio instrumental, climático, denso, Barrett castiga
su guitarra y su voz se pronuncia árida, para más tarde, el
track, ir encausándose hacia lo mas relajado con buen solo de eléctrica
hasta el final.
El segundo tema “Eraserhead”, comienza con un
sonido más clásico aunque bien emparentado con el dramatismo
que sugiere, aquí muestra lo sólida que se encuentra la banda
con labores impecables del batero y el bajo de Peter Gee.
Arreglos con gritos, como exorcizando demonios, que realzan la emoción
y las atmósferas elaboradas por Nolan, también contribuyen a
la espectacularidad de la canción y un final a pura guitarra con riffs
pomposos y a la vez veloces, que culminan a los 9 minutos.
Seguidamente llega “Comatose”, una suite fraccionada
en tres segmentos que totalizan cerca de 18 minutos inolvidables; la primera
sección ("I View From The Seashore"), es
seguramente la más sorpresiva, cambiante y diferente a todo lo que
he escuchado del grupo, comenzando como balada clásica típicamente
pendragoniana, si se me permite el término, con Clive al piano y Nick
cantando, arreglos de cuerdas, climas sugerentes, desentrañándose
el tema cada vez mas peculiar y haciéndose progresivamente mas conmovedor
hasta dar “el golpe” a los 2:45, la asperísima guitarra
de Barrett y una base contundente como si Steven Wilson de
Porcupine Tree se hubiera hecho presente de forma imprevista o una plataforma
moderada de Dream Theater, siendo esta parte una de las mejores
de el disco, tomando dimensiones hasta tener un ritmo contundente, palpable
hasta con alguna cinemática también. Pasan los segundos y, llegando
a los 6 minutos, hay un quiebre psicodélico, típico de Sgt
Peppers o el mismo Flower Kings, ofreciéndonos
un pasaje maravilloso, con provocativos arreglos de viola y violines, hasta
parecieran recrear algún tema de película hacia el final donde
poco a poco va penetrando el bombo de Higham y pasa a la segunda sección
(Space Cadet) a todo ritmo, con sonidos extravagantes , con
cambios bruscos y oscuros para pegarse a una tercera sección (Home
And Dry), con ecos mas típicamente floydianos y mas característicos
de la agrupación. Inmejorable posición de Pendragon con esta
larga pieza.
La cosa sigue con otro de los muy buenos tiempos que corren en el grupo, si
tengo que decir que es una reiteración de lo que venían haciendo
hace años, pero tiene algo… suena diferente y es “The
Freak Show”, ¿será que después de tanta
presión en el álbum la banda convoca a un relax?
Pero queda más todavía. Una última canción:
“It's Only Me”, una seductora pieza con una apertura
inusual (al menos no recuerdo otra), con armónica, piano y sutil guitarra.
Realmente jugosa, atrapante, arreglos maravillosos de voces (soprano) e instrumentos
de cuerda que le infieren a ésta poesía, una cantidad de emociones
indescriptibles y el broche de oro está con el solo de guitarra eléctrica
de Nick verdaderamente precioso, como para mirar de noche hacia un cielo repleto
de estrellas y descubrir de donde pescó esa bella melodía.
Creo que ya me excedí en éste análisis como buen fan
de la banda y espero no crear expectativas subjetivas, pero Pure,
es para mi uno de los mejores discos de éste año.
Daniel
Perez
Link:
www.pendragon.mu |