Raúl, empezaste haciendo folk-rock ¿Cuándo crees que comenzó tu etapa progresiva? Si no es que aquella ya la considerás una etapa progresiva.
Yo creo que sí, creo que en el primer disco hay como una mixtura. La tercera canción que habla del Papa, que es una canción bien folk, hasta la séptima canción que de repente sí, es electrónica. Hay una mixtura ¿no? Mismo la obertura de Cristo Rock, había una búsqueda ¿cierto?.
Más experimental.
Yo creo que hay una mezcla de todas las cosas que quería decir. Era una paleta de colores que después iba a desarrollar en los próximos años.
¿Y qué influencias tenías en ese momento, cuando estabas plasmando esas ideas?
Mirá, en realidad fue muy loco, porque yo venía tratando otro material, que lo veníamos tocando, que íbamos a empezar a grabarlo con Charly. Hacía “Sentado en el umbral de Dios”.
Lo que fue “Música del alma” ¿no? Eso quedó en Música del Alma.
Claro, lo que iba a ser mi segundo disco era lo que yo venía preparando. “La suite del pájaro”, que después quedó en un simple. “Miguel se volvió loco” también quedó en un simple. Y de golpe un viernes me encerré. Estuve tres días y dije ¨chau¨, hice Cristo Rock. Quiero eso. Y en base a eso salieron un montón de ideas y de cosas que tenía. La influencia mía era de todo, desde Chopin, los románticos, los de la música clásica, mucho de Bach hasta Los Beatles, quienes cambiaron el ADN, la genética.
Coincido.
Entonces, como decía Dylan en su momento cuando le preguntaron qué lo influenciaba: “de abrir los ojos cada mañana... todo lo que me gusta me influencia”. Todo lo que te gusta de alguna forma te queda. De alguna manera, tamizar.
Obvio, seguro. Bueno, eso responde mi segunda pregunta, que es ¿qué te impulsó a hacer música fusión o progresiva?
Eso. Y después se suma que aparecieron artistas como Yes, como Genesis, Premiata Forneria Marconi, Keith Jarrett, Chick Corea. Me acuerdo The Leprechaun. Lo fui a ver a Keith Jarrett en Los Angeles en un concierto solo de piano y me había volado la cabeza también. Todo eso, esa búsqueda, la canción que me gustaba como simple, como lo que nosotros teníamos como movimiento sociopolítico. Yo creo que el artista, como yo lo veo, tiene que estar comprometido con su medio. La canción como simple sí, pero también como una textura, de repente, de sonidos. No quería quedarme sólo con ese límite. No terminar sólo en la frontera de la canción. Por ejemplo, yo tenía “Sentado en el umbral de Dios”, que había hecho de muy chico, hasta de repente, “Un hombre Intergaláctico de hace 7000 años”, o “Ciento treinta y tres” que era una galaxia que se acababa de descubrir. Entonces me impactó.
Claro. Bueno, Chico Cósmico es un disco con esa temática. Me encanta.
Claro, “Sol sobre las torres”… me encanta...
Tal cual, o “Seis días”…
Hoy en día digo: ¿cómo pude grabar eso? (riendo)... En la discográfica, cómo llegamos a grabar eso... arameo puro (se ríe nuevamente).
“Baila payaso” también. El disco está lleno de melodías hermosas.
Bueno, gracias, muchas gracias.
Entonces, influencias. Me quise meter con mi etapa preferida que es Volando de Vida y Mundo. En ese momento, por entrevistas que leí de esa época, sé que estabas a full con Weather Report y se nota.
Sí, “Danza mulata”. Yo no tocaba teclados, yo empecé a tocar teclados... Charly siempre me decía: ¿cómo hiciste? Hacía tres años que estaba en el conservatorio.
Sin embargo, soleaste en todos los temas casi.
Sí, sí, me encantó. Me puse de lleno. Y ahí empecé con el Moog a experimentar mucho, estudié mucho y programaba muchos sonidos, me gusta programar.
Los armabas vos. ¿Y cómo accediste a instrumentos tan novedosos para la época y tan difíciles de ver acá?
Porque siempre me gustaba experimentar. Mucho sacrificio. Daba clases particulares. No tenía un mango para salir a la noche con mi pareja, pero ahorraba para comprar un Moog o el Prophet 5 o una guitarra acústica. Todo lo que me entraba lo invertía en la música.
¿Y el estudio no te brindaba esos instrumentos?
No, no, nada que ver. No había. Con suerte había un piano acústico. Te alquilaban un Emulator.
Ah, te alquilaban...
Yo después iba a poder tener la oportunidad de tener el mío. Pero no. Intercambiamos, con Carlitos, como yo le digo a Charly, él compraba el A y yo tenía el Prophet 5. A mi me gustaba el Prophet 5, y programabas, había que programar.
¡No había presets!
¡Claro! No había presets. Entre tema y tema tenías que tener la cabeza muy lúcida para hacer “traaaaack”, armar todo eso. Era muy loco.
Y Charly que estaba con La Máquina de Hacer Pájaros. ¿También para él era difícil conseguirlos?
Sí, seguro, para él también. Se los traía. Teníamos que ver cómo los entrábamos, había que pagar un impuesto, a ver si alguien te lo entraba. Cosas que siempre fueron absurdas. En vez de apoyar a los músicos. Tenías que entrarlos por “la ventana del baño” como la canción de los Beatles. Porque era imposible comprarlos acá. No era proporcional lo que podíamos tener... Era difícil...
Bueno, como ahora un poco también, es difícil armarse solo... conseguirse las cosas. Suerte que con el avance tecnológico uno puede grabarse en su casa.
Totalmente. Yo hubiera hecho...
El doble de discos (riendo).
¡Sí, pero fácil!. Yo creo que hubiera hecho tres discos por año.
¿Cuál considerás, dentro de tus 18 discos de estudio…
Veinte tengo. Sí, sí, veinte discos, si no me equivoco (riendo).
(Riendo) Ok, tengo mal la cuenta. Dentro de esos veinte discos, ¿cuál considerás que es el más progresivo?
Lo que pasa es que depende. Ehhh... el límite de lo progresivo es lo experimental. En la época de Chico Cósmico, de Volando de Vida, de Mundo, hay cosas realmente así como experimentales que pueden ser progresivas, pero en Dragones y Planetas encuentro algunas cosas que son progresivas para lo que se da. Si hoy saliera, de repente, “Strawberry fields forever”, me parece que es de las cosas mas progresivas... ehh... 40 años después no hay nada que se le imite. John lo tenía como referente para la perfección de su material. El decía que para entender su producto, se ponía a escuchar las maquetas, y que él veía lo que era el tema original a lo que es el producto armado. Es la perfección lograda como simple. Ese tema a mi me parece totalmente progresivo. “Yo soy la morsa…” Ese trabajo de cuerdas me parece totalmente progresivo. Porque si no está también lo experimental, la “no forma”, salir, romper la estructura, los grandes solos. La improvisación del jazz. Muchos de esos discos tienen jazz, lo que llamamos jazz-rock.
A Volando de Vida y Mundo, hasta a Televisión, yo le encuentro cosas fusioneras, muy fusioneras...
Metegol y Televisión ganaron premios. Metegol fue el que más trascendió, pero Televisión fue el Metegol más logrado, había cosas más progresivas. Después yo acoto un poco ese período. Primero porque venía un poco el hecho de salir de una época muy difícil. Todos nosotros queríamos decir “vamos a tomar un café”.
Sí, un poco eso lo mencionás acá en la entrevista (señalo una revista Expreso Imaginario de los 80s en la que Raúl habla de Metegol).
Claro, veníamos de una cosa tan densa, de tanto terror, de tanto miedo, de tanta noche oscura, que queríamos viste...vamos a...
Vamos a aflojar un toque.
Vamos a aflojarnos un poco. Creo que también uno necesitaba aflojarse y contagiar, porque veníamos realmente de épocas de dolor. Descomprimir... y eso fue realmente el proceso. Todo el mirado que después viene, que vive una vida en estupidilandia para un ser estúpido, y pareciera que todas tienen que ser canciones como para las cuatro de la mañana, compuestas como para terminar una fiesta. Entonces se pierde sentido que tuvo de aflojar ahí, ¿se entiende Pablo?
Sí, sí, se entiende.
Desde mi punto de vista, como músico popular y comprometido, tenía un sentido descomprimir y tomar fuerza y energía como para sostener la cosa de la luz.
¿Y dar un nuevo mensaje, no?
Exacto, claro. Desde la polémica, de recuperar la alegría viste.... esta cosa..., que la muerte no nos llegara a descomponer... Como sociedad, recuperar. Pero mirado fuera de contexto social pareciera que puede emparentarse con esa cosa.. Por eso viene “Che pibe, vení votá” y “Reina madre”. Busco un sonido más crudo...
¿Más eléctrico?
Más crudo, mas timbre a propósito, tenía el post de súper producción... Porque también se había hecho una cuestión como de competitividad a ver quien lograba el mejor sonido, y creo que se perdía la cuestión artística. Viendo notas de esa época...
Sí, un poco hablás de eso acá (señalo nuevamente la revista).
Y después sí, trato de recuperar y hago en los 90s un oratorio, algunos temas. Y después se me hizo muy difícil lograr el acceso. Yo paré también, parar de lo mediático. El rock también me costó su derecho de piso.
¿Eso cuándo fue exactamente? ¿Entre qué discos?
Empiezo con Caras de la Guerrra. Yo había entrado en una estructuración. Búmerang es un disco que quizás tiene melodías lindas y todo eso, pero es un disco que a lo mejor no debería haber grabado en su momento.
¿Te parece? Tiene canciones como “Cada latido de tu corazón”, que es un temazo.
Sí, me encanta ese tema, “Cada latido de tu corazón”. Pero yo debería haberme tomado un tiempo. Después en Caras de la Guerra, que es un disco que me gusta mucho, pero que era como una mezcla, fue como si empezara de vuelta. Borraba todo. No sé nada. Y empiezo de nuevo, arranco de cero. Era todo como muy simple, muy precario a propósito. Todos venían de una carrera y yo había querido parar. Me fui arriba de la montaña, con un fueguito, un asadito, con un par de piedras, un par de yuyos. Y desde ahí voy a armar mis cosas.
Un retiro espiritual.
Claro, ya estuve en la autopista. Quería irme a la montaña y desde ese lugar seguir.
Bajar un cambio.
Y claro, “¿a este tipo qué le pasa?. Volcó”.
Una búsqueda interna.
Totalmente.
Pero bueno, tenías atrás una trayectoria que te lo permitía hacer.
Hay tiempo, cada tiempo tiene su lenguaje. Hoy en día tengo 33 temas, que no sé cuando los voy a hacer. No paro.
Después de Dragones y Planetas ¿seguís componiendo?
Sí, tengo una zamba, cosas experimentales, otras cosas eléctricas. A veces a lo mejor abarco tanto, o lo intento, que no logro como otros.
Es una búsqueda constante.
Claro. Tomate un té de tilo, Raúl, y dejate de joder... (Riendo).
Y bueno cuando la mente busca, no para.
La mente, el alma y el cuerpo. Son tres potencias diferentes. Cada una tiene su universo. Yo soy muy emocional por un lado y por otro lado muy mental. El alma a veces me lleva mucho...y me quedo como los dibujitos animados y termino descolocado.
A veces es difícil combinar las tres y que funcionen al mismo tiempo.
Claro, incorporarlo. Y hace 40 años que empezamos, nosotros. Quizás uno tenía mas fuerza, ponías primera y seguías. A mí cuando grabé Cristo Rock, me dijeron “si vos vas a seguir haciendo eso, no grabás más”. Yo tenía contrato por tres discos pero no pude grabar más hasta que se terminó el contrato. Y bueno, no grabé. Hace unos días me preguntaban “¿transaste muchas veces?” Y, no... Eso no me hace mejor que nadie.
No, pero te determinaste en tu lugar.
Y era difícil en esa época. Como decían, “me cortaron las piernas”. Con amigos que estaban grabando. Y después con Odeon, iba a hacer “Sentado en el umbral”, Porchetto es “Sentado en el umbral”, Chico Cósmico, Volando de Vida y Mundo. Esos son los discos que hago para Odeon, sabían que no vendía pero me lo permitían. “Bueno, este loco hace esto”. Vendía, pero 500 discos. Todos ya vendían, ganaban discos de oro. Yo el primer disco de oro lo voy a ganar con Metegol. Porque es el primer disco en el que logro que me hagan difusión. Aparte de algún loco como vos, hoy a la mayoría les preguntas por Volando de Vida y...
Bueno, me pasa mucho cuando hablo de vos con músicos de todas las edades. “Bueno, Porchetto, sí, ‘Esta noche’”, y les digo “pero esperá que atrás tenés un montón de discos. O sea, ¡ponete a escuchar esos álbumes!”. Me pasa con los mas veteranos que me dicen, “Cristo Rock, por supuesto”, a ese lo conocen.
Pero el que conoce Cristo Rock a lo mejor no conoce, como vos, Volando de Vida o Mundo.
También, pasa mucho.
En Estados Unidos me decían del contrapunto que hay de guitarras acústicas en “Cruce a la ruta 41”: “¿eso lo hacían en Argentina?”.
Es bestial.
Como el tema del Bicentenario que esta en Dragones y Planetas, hay una critica de toda una carilla en una revista inglesa de música, venerando el nivel musical que tiene, el tema del Bicentenario. Dice que parece que los argentinos tienen el gusto de la música inglesa. Para mí un honor.
Pero totalmente, además que hayas llegado a la critica inglesa.
Y acá... mucha gente no conoce el tema del Bicentenario. Pero bueno, lo independiente tiene su precio...
Bueno ok, seguimos, la verdad que todo lo que me estas contando está muy interesante. Lo que yo me preguntaba escuchando esos discos es ¿volverías a tocar esos temas? Sé que tocaste algo de Cristo Rock con Soulé hace poco.
Si. Mirá, Juanse me dijo “Raúl, nunca se presento en vivo Cristo Rock ”. Hacer un recital de Cristo Rock. Porque me encanta. Y bueno, tocaron Claudio Gabis, un montón, Alejandro Medina. Y bueno, quizás sí. Tengo ganas. De tocar Metegol, de tocar mi carrera. Yo no reniego de ninguna carrera. Cuando lo hice, dije “voy a tratar de hacer un buen pop”.
Barrios Bajos o Bumerang creo que están a ese nivel.
Y tienen treinta años. Compiten con un pop de hoy me parece.
Bueno entonces no caigo en un mal momento porque uno de mis miedos, te soy franco, era pensar “¿renegará de esa etapa?”. Porque está tan atrás. Hoy en día es Dragones y Planetas, es lo nuevo, lo viejo no.
Hice una obra, “Yo Soy”. Ahí vas a encontrar muchas cosas...
...en el Moliere estuvo.
De las mas locas que hice en los últimos años. Vas a encontrar cosas de Volando de Vida, hasta de música hindú.
Bueno entonces, ya un poco me lo respondiste, cómo fue la transición de los 70s a los 80s. Se nota como el paso de Mundo a Metegol, hay una gran evolución, sin embargo esta “Aquí el planeta”.
“Aquí el planeta”, sí.
“Aquí el planeta”, donde está todavía Mundo, se escucha Mundo ahí, y sí, eso me pareció. Mirá como todavía quedó ese resabio de Mundo ahí. Al margen, ¿cuál fue el disco más difícil de grabar en tu carrera?
El disco más difícil...
En todo sentido eh, quizás psicológicamente, quizás este... conflictivamente con el estudio...
Cristo Rock era difícil porque yo venía con un concepto de producción. Nos íbamos, volvíamos a veces con Charly y teníamos que cruzar todo el Bajo Belgrano. Veníamos de donde estaban los estudios a tomar el colectivo a Barracas porque él vivía en Caballito y yo en Flores, pero nos tomábamos el colectivo ahí y a veces medio lagrimeando, porque nos gastaban porque no entendían lo que queríamos hacer, decían “estos tipos...” . Era Deep Purple o Dylan... Era muy loco, era difícil. Igual con la mejor onda, pero era difícil. Uno no conocía el estudio, nunca había entrado en un estudio. Spinetta me decía “¿cómo lograste?”... lo que después va a ser común, el paneo. Me decía “¿cómo hiciste?”, cuando lo mandamos al master, en el mismo master ibas moviendo la perilla...
Cuando estabas grabando.
No, en el master.
¿En el master?
Ibas moviendo las perillas y el flaco me decía que se volvía loco, me decía “¿cómo lo lograste?”. En muchos discos cortábamos la cinta, directamente...
No era “copy y paste” como ahora, claro.
Ese fue un disco difícil de lograr. Metegol también porque venia con una idea en la cabeza. Con músicos como Willy Iturri.
Hoy en día ¿Cuál es el público de Raúl Porchetto?
(Se ríe) Si es que tengo público. El cariño es increíble, mirá. Los otros días estuvimos en Salta tocando con Virus y ves tanta gente. También te encontrás con gente que conoce la última trayectoria de difusión. Y entonces alguien me escribió y le dije “Me siento bien” que pertenece a Metegol” (Nota: en realidad está en Televisión). Y me responde “Raúl, me hiciste matar de risa”, y yo pensé para mí “¿qué es lo que le causó gracia?”. Claro, él no conoce Metegol y pensó que hablaba de la película. Claro, pobre, él no conoce Metegol el disco.
Ahhh (riendo). Bueno pero que bueno que te reís de eso ¿no? Porque otro diría “¡eh!, ¿cómo no conoce mi disco?”.
No, no, el ego tiene que ser como para... si esta adelante tuyo...
Quizás como un impulso tiene que estar, pero no adelante.
Cuando yo me encuentro con gente, charlando, gente que quiero mucho, y estás con ego, digo “bueno, ¿cuando viene mi amigo?” Sandro me decía “estoy en una lucha de no comprar lo que vendo”. Yo en lo personal no he querido vender nada. Compartir. Para lo que le signifique a cada uno. Si para vos no significa nada bueno, ese es el valor que tiene para vos. Es muy fino. Lo que a la otra persona le dispare.
Sí, lo que vos expresaste y cómo lo recibe el otro, es un mensaje. Bueno, por eso es tan difícil hablar de arte bueno o arte malo, porque no se puede en realidad.
Si llegaste al alma de otra persona, ese arte es interesante. Si no llegaste, bueno.. A lo mejor no es el tiempo, a lo mejor va a llegar... hay gente que se adelanta mucho y no se entiende...
Sí, tal cual. ¿Cuál es tu próximo objetivo?
Hacer buena música. Mejorar. Mejorar en mi poesía. Sintetizándolatela, yo no escribí mi mejor canción. Siempre estoy haciendo el boceto, muchas canciones no están logradas. No escribir mi mejor letra, no escribir mi mejor canción.
Bueno, pero ¿qué buen motor ese no?
Pero es real eh, es real, Pablo. Espero que en este plano me den las posibilidades (riendo). La vida es eterna.
Página oficial de Porchetto:
http://www.raulporchetto.com.ar/