No hay dudas de que un tema inevitablemente polémico entre los amantes del rock es de las bandas tributo. Están aquellos que las consideran una pérdida de tiempo y de talento, al no proponer composiciones propias y basar su espectáculo en la obra de otro artista. Y están los que, dejando de lado estas obvias e inevitables características de los homenajes, se dejan llevar por el amor, la pasión y el entusiasmo que este tipo de bandas usualmente ofrecen. Y si a esta dosis de energía le sumamos que, quizás en contadas ocasiones, el intérprete nos haga sentir que su talento es tal que nos sorprendemos a nosotros mismos aceptando y disfrutando al grupo -casi inconscientemente- tanto como la banda original, entonces la meta de la performance se habrá cumplido.
Y no hay dudas de que este último es el caso de Genetics. La inmensa calidad de la banda, formada por tres ex miembros de Rael, aquella mítica formación que realizara numerosos shows con el repertorio del Genesis clásico de la era Gabriel (y que también editara Máscaras Urbanas, un excelente álbum con temas propios en 1992, actualmente disponible sólo en el exterior), hizo que todos los presentes sintiéramos que estábamos, mediante una improbable pero eficiente máquina del tiempo, disfrutando de un show de Genesis en los inicios de los 70s.
Es que todo en la banda y en la producción de este concierto estuvo en un nível de altísima calidad, indudablemente internacional. La escenografía se inspiró en aquellas giras de 1972 y 1973, cuando presentaban Foxtrot o Selling England by the Pound, tanto en la disposición de los músicos en escena como en la sobria decoración. Pero por sobre todas las cosas lo que más sorprendió a la audiencia fue la contundencia y la calidad del sonido de la banda, utilizando los matices y arreglos originales de Genesis, con una vitalidad, dinamismo y virtuosismo que hizo poner al público de pie en numerosas ocasiones.
Esta arrolladora energía de Genetics tuvo un elemento clave para el resultado e impacto emocional del espectáculo: la elección del repertorio. Ya sabíamos que nos encontraríamos con todo Foxtrot, incluyendo el nostálgico ¨Time Table¨ (el cual nunca fuera tocado en vivo por Genesis) y uno de los temas más admirados por muchos fans del grupo (es el favorito de Steven Wilson, líder de Porcupine Tree, del disco Foxtrot), ¨Can Utility and the Coastliners¨, rara vez tocado por la banda en su época, o el infaltable ¨Supper´s Ready¨. Pero los otros temas fueron tanto sorpresas como clásicos absolutos de la historia de Genesis.
Entre los primeros podemos encontrar a ¨Stagnation¨, una de las mejores composiciones del segundo disco de Genesis, Trespass, o el impresionante y algo olvidado ¨Inside and Out¨. Este último fue grabado durante las sesiones de Wind and Wuthering pero, contra la opinión de Steve Hackett, no se incluyó en el disco. Fue lanzado el 20 de mayo de 1977 como parte del EP Spot the Pigeon, cinco meses después de editado el LP. Para los fans esta pieza es de las mejores de aquel período, especialmente por la impresionante sección instrumental final. Y Genetics entregó una versión memorable (irónicamente, como la hubiese cantado Gabriel, en vez de Collins), recibiendo una de las mayores ovaciones de la noche.
De las piezas clásicas Genetics incluyó a la magnifica ¨Fountain of Salmacis¨, de Nursery Cryme, ¨Cinema Show¨, ¨I Know What I Like¨ y ¨Firth of Fifth¨, de Selling England by the Pound, prosiguiendo con dos de los momentos más atrapantes de Wind and Wuthering, "Unquiet Slumbers for the Sleepers…" e "…In That Quiet Earth" (este último casi infaltable en los shows solistas de Steve Hackett), cerrando con una versión apoteótica y conmovedora de ¨The Musical Box¨.
A lo largo del show la tarea de Ignacio Rodriguez Genta no sólo nos hipnotizó haciéndonos virtualmente sentir que nos hallábamos ante el verdadero Gabriel, si no que incluyó muchos de los disfraces que el carismático vocalista utilizara en aquellos conciertos. La flor en ¨Willow´s Farm¨, la espada luminosa en el cierre de ¨Supper´s Ready¨, la máscara del anciano de ¨Musical Box¨ y hasta el vestido y la cabeza del famoso zorro de la portada de Foxtrot, pero en este caso utilizado por una atractiva y enigmática silueta femenina.
La sorpresiva y celebrada participación de Marcelo Rodríguez, más conocido como Gillespi, como presentador del show, un eficiente toque humorístico que le dio un bienvenido tono menos solemne al evento, y la aparición en bajo de Javier Malosetti en ¨I Know What I Like¨, fueron dos interesantes aportes a un show impecable desde donde se lo mire. El sonido logrado por los teclados de Horacio Pozzo, que tanto reproduce impecablemente los sutiles climas de ¨Watcher of the Skies¨ como el vertiginoso solo de Banks en ¨Inside and Out¨, la sobriedad de Diego Chorno en guitarras, tal como el Hackett de aquella época, la magnífica y sólida labor de Claudio Lafalce en el bajo de Rutherford, y los innumerables matices que aportó Daniel Rawsi desde la batería (tarea harto difícil ya que Collins tenía por entonces una versatilidad en sus matices que podría pasar en segundos de una arrolladora energía al golpe mas elegante y refinado), hicieron del show de Genetics una sucesión de ovaciones cada vez más grandes, con un público exultante que percibía el enorme respeto de unos músicos inmensos por los responsables de gran parte de la mejor música que haya dado la historia del rock. Que nos hayan hecho sentir que bien podríamos haber estado en uno de aquellos míticos shows da muestra del talento de Genetics.
Aquellos que admiraron la obra de Genesis en sus primeros diez años, sin dudas su mejor y más creativa etapa, no duden ni un segundo en asistir a algo que, más que un concierto, es una emotiva celebración de la música de la inolvidable banda británica.
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